Hace ya tiempo que deseaba escribir sobre este tema: La empatía. Porque vivimos en un mundo tan poco empático y poco compasivo. Por ello actualmente se está investigando tanto sobre la compasión y se está haciendo énfasis en la empatía.

Por Bertha Vasconcelos

Hace unos días conversaba con dos personas cercanas y una de ellas me preguntaba cómo me iba en mi trabajo y planes a mediano plazo mientras me escuchaba atentamente. La otra persona se hacía la desentendida. Cuando la primera persona le preguntó a la que se mostraba indiferente qué le parecían mis planes, ella simplemente respondió: “No tengo nada que decir al respecto.” ¿Notas la diferencia entre ambas personas?

La cultura de los líderes narcisistas

El narcisismo se caracteriza principalmente por una falta de empatía. No es novedad que nuestros líderes políticos, directivos y gerentes en las empresas, dueños de las multinacionales y banqueros, artistas y deportistas famosos sean narcisistas, es decir, carecen de empatía. Lo vemos diariamente por todos lados.
En esta cultura se ha suprimido el sentido de solidaridad colectiva, del bien común, y se han desarrollado creencias disfuncionales respecto al valor intrínseco del ser humano. Ya no es el SER, sino el TENER y HACER sobre el SER. Hoy las personas piensan que valen por lo que tienen y hacen, no porque SON y se fracturan a sí mismos, olvidando su humanidad.

Christopher Lasch, autor de La Cultura del Narcisismo, menciona que Narciso no reconoce su propio reflejo en el agua, porque carece de toda noción de una diferenciación entre él mismo y su entorno. Es él, luego él y después él. El otro no existe si no es para satisfacer sus necesidades y caprichos.

Las principales cualidades de la Cultura del Narcisismo son el excesivo individualismo, culto a lo que se posee y a la imagen física, el ansia/adicción al éxito, la imagen y el poder, el espíritu competitivo versus cooperativo, la incapacidad para aceptar el proceso de la vejez, así como las limitaciones de otras personas, indiferencia por el dolor ajeno, indiferencia por el maltrato, desinterés por los desvalidos, perfeccionismo, solo para nombrar algunas características. Erich Fromm anticipaba las consecuencias del decline de la civilización actual, y en su libro El arte de amar queda plasmada su vanguardismo cuando afirma que: “la capacidad de amar de un individuo perteneciente a cualquier cultura dada depende de la influencia que esa cultura ejerce sobre el carácter de la persona media.” Si vivimos en la Era del Narcisismo, me pregunto ¿cómo será nuestra forma de amar al relacionarnos con nosotros mismos y con los demás? De ahí lo disfuncional de las sociedades moderna y postmoderna.

¿Qué es la empatía?

En 1959, el famoso psicólogo humanista que dio un giro a la psicoterapia, Carl Rogers escribió su primera definición de empatía: “… darse cuenta con precisión del cuadro de referencias interno de otra persona, juntamente con los componentes emocionales y los significados a ella pertenecientes.” Algunos autores diferencian entre dos tipos de empatía, la intelectual y la emocional. La intelectual se refiere a la capacidad de la persona de tomar la perspectiva del otro y entender su estado emocional y/o cognitivo, tal como la persona lo(s) experimenta. La empatía emocional está relacionada con la capacidad de responder con la misma emoción que el mismo cliente. Considero que ambos tipos de empatía son necesarias para mi trabajo como psicoterapeuta.

La empatía facilita respetar, no juzgar y aceptar a otras personas, que conducen a desarrollar una buena relación interpersonal. Se han desarrollado intervenciones para enseñar empatía en parejas y en miembros de familias a fin de favorecer un funcionamiento interpersonal más significativo y exitoso; dado que las personas serán más atentas a los pensamientos y sentimientos de ellos mismos y de otros, por lo que les será más fácil crear intimidad en sus relaciones (comunicación profunda) e incrementar su calidad de vida.

La empatía hace placentera una relación interpersonal y la hace exitosa porque permite crear el ambiente de confianza que necesita una persona para expresarse, inclusive para compartir sus más íntimos pensamientos o emociones.

La empatía ha sido un concepto muy importante para la humanidad a lo largo de la historia, así como para la psicología contemporánea para la cual ha tenido diferentes significados, y dentro de la psicología clínica es considerada como una función primordial de la comunicación del terapeuta.

¿Se puede aprender a ser empático?

La empatía es una habilidad que puede aprenderse, tal como Carl Rogers aprendió a hacerlo él mismo, y además realizó estudios sobre el proceso de la empatía una serie de escalas.

Pasos para desarrollar empatía:

1. Enfocarse en autoevaluarse.
2. Proponerse en desarrollarla.
3. Buscar información y/o entrenamiento para aprender a ser empático.
4. Practicar, practicar, practicar.
5. Nuevamente autoevaluarse.

Algunos autores sugieren que la empatía se puede aprender cuando combinamos buenos modelos, educación y autorreflexión.

En conclusión, la empatía es un factor clave para establecer el ambiente de confianza y comprensión que permita formar un vínculo donde la persona se sienta con la libertad de expresar sus emociones y pensamientos sin ser invalidada.

Te dejo con dos preguntas:

¿Qué es ser empático?
¿Te consideras empático?